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CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN DE

LOS ÓRGANOS HISTÓRICOS

RIESGOS DE LOS ÓRGANOS

       Existen ciertos riesgos a los órganos que no se pueden prevenir, como su deterioro con el tiempo, su destrucción por desastres naturales, particularmente sismos e incendios, o las consecuencias de los conflictos políticos.

Daños en la iglesia de Santo Domingo de Guzmán (Ciudad de Oaxaca) durante los conflictos del período de Reforma en los años 1860. Dos órganos enfrentados, indicados por los barandales de sus balcones. A la izquierda, la falta de decoración en la pared detrás del más grande de los dos órganos revela su silueto. El espacio semicircular conducía a los fuelles al otro lado del muro. Actualmente ésta es la única evidencia que queda del órgano.

       Sin embargo, el daño por negligencia o destrucción basada en la ignorancia es evitable y combatir esta falta de conciencia ha sido, sin duda, nuestro mayor desafío. En muchas comunidades, los órganos llevan años sin funcionar, sus habitantes ya no tienen recuerdos de su sonido ni saben que eran instrumentos musicales y los ven solo como muebles viejos, apolillados y estorbosos en el coro. (a veces se les llaman roperos).

En ocasiones, los órganos se desarman para reutilizar sus piezas y hemos encontrado componentes de órganos utilizados en la reparación de techos y retablos, para construir bardas y también en montones de basura cerca de la iglesia. Aún más peligrosos son los proyectos de “modernización” cuando la autoridad municipal o eclesiástica decide tirar a la basura todo lo viejo o dañado, lo que “se ve feo” o lo que “ya no sirve”. Así se han perdido un sin número de tesoros históricos, no solamente órganos (pinturas, retablos, imágenes, libros y documentos).

 

                       

                                

                                 

       Además, la migración hacia el Norte ha reducido drásticamente la población de los pueblos. Junto con la escasez de sacerdotes, esto significa que muchas iglesias rara vez están abiertas. Como consecuencia, la gente ha perdido contacto con los muebles de sus propias iglesias. Cuando nos acompañan al coro, muchos admitirán que esta es la primera vez que han subido allí o visto el órgano.

       Más recientemente, los sismos del 2017 no dañaron gravemente ningún órgano de Oaxaca, aparte de sacudir algunos tubos fuera de lugar o hacer que algunos tubos más largos caigan sobre los más pequeños. Sin embargo, muchas cúpulas sobre los coros se agrietaron, lo que requería embalar el órgano (por ejemplo en Jalatlaco y Zautla) o bajarlo en pedazos desde el coro para almacenarlo en otra parte de la iglesia (Lachiguiri) antes de comenzar el trabajo de reparación. Dichos proyectos ahora son supervisados por el INAH, a diferencia de las consecuencias del sismo de 1999, antes de que se definieran y aplicaran los estándares de conservación. Entonces oímos que caían trozos de mortero en los tubos abiertos mientras los albañiles trabajaban por encima del órgano (Yucucuí) y de un órgano que se deshizo después de ser bajado con cuerdas y luego elevado nuevamente al coro (Suchixtlán).

 
 
 
 
San Matías Jalatlaco. El órgano fue tapado en 2019 para realizar trabajos de reparación relacionados con los sismos de 2017.
 
Santa María Suchixlán, una parte de la fachada del órgano. Se deshizo en 1999 cuando fue elevado al coro con cuerdas. Los tubos y muchos componentes estaban dispersos por el pueblo, pero al menos se conservaron y ahora están almacenados en la iglesia.
 

 

CONSERVACIÓN DE LOS ÓRGANOS NO RESTAURADOS

       El IOHIO ha hecho cientos de visitas para revisar los 61 órganos no restaurados y siempre esperamos que no haya sorpresas desagradables esperándonos si ha pasado mucho tiempo desde nuestra última visita (por ejemplo, “¿donde está el órgano?”). Nuestras actividades cuentan con una carta de autorización del director del INAH Oaxaca y el permiso del sacerdote y/o las autoridades municipales.

La secuencia de nuestro trabajo es la siguiente:

       1. Hacemos una cita por adelantado con las autoridades indicadas. Durante nuestros primeros años de trabajo, había pocos teléfonos en funcionamiento y caminos pavimentados, por lo que a menudo solo íbamos y esperábamos lo mejor. Con suerte pudimos ver el órgano, pero a veces la persona con la llave del coro estaba en el campo y no esperado hasta la puesta del sol. El éxito de las visitas es actualmente más fácil debido a la mejora de las carreteras y la comunicación, además de nuestra red de contactos en la mayoría de las comunidades.

       2. Al llegar, hablamos con la autoridad municipal o el sacerdote sobre el IOHIO y el trabajo que pretendemos hacer, los órganos de Oaxaca en general y su órgano en particular, y la importancia de conservar el arte sacro de la iglesia como parte de su patrimonio local. Repartimos folletos y CDs, algo tangible en lugar de pura plática. También aclaramos que el trabajo es apoyado por nuestra organización y no les costará nada, que es siempre un tema de preocupación para el pueblo.

      

       3. Si un órgano previamente registrado ya no se encuentra en la iglesia, generalmente sacado durante algunos trabajos de reparación y luego no regresado, lo buscamos en la sacristía, en bodegas o en edificios cercanos. Luego lo devolvemos a su posición original o a otro lugar seguro en la iglesia.

     
 
San Juan Teitipac
 
San Pedro Quiatoni
 

                                

Santa María Peñoles

       4. El trabajo de conservación comienza con un aseo general del coro u otra área donde se encuentra el órgano. La mayoría de los órganos se localizan en comunidades rurales, no se han tocado durante al menos 50 años y por lo general, estaban muy sucios durante nuestra primera visita. Dado que la suciedad atrae animales, el deterioro se va acelerando. Además, si el órgano ha sido abandonado o simplemente utilizado para almacenar desperdicios, la comunidad no lo puede percibir como un objeto de valor que merece protección. Por lo tanto, uno de nuestros objetivos principales siempre ha sido hacer que el órgano se vea más presentable al fin del día.

Al menos un representante del municipio o de la iglesia está siempre presente para observar nuestro trabajo. A menudo se ofrecen para ayudar: barrer, subir y bajar cubetas de agua por la escalera del coro y retirar objetos inútiles y basura del área del órgano. Nuestra actividad podría atraer a 20 o más hombres, mujeres y niños curiosos de la comunidad, la mayoría de los cuales nunca han subido al coro y visto el órgano de cerca.

                                   

       5. Limpiamos la caja, que puede tener objetos relacionados con el órgano (piezas de molduras, decoraciones talladas, pequeños tubos doblados) o no (velas, papeles, macetas). Este puede ser un trabajo desagradable si ha sido habitado por pájaros o roedores.

                                         

Nidos de ratones dentro de la caja del órgano

 
 
 
 
Si un pájaro cae en uno de los tubos de la fachada, nunca podrá escapar. Hemos encontrado más de una docena de cadáveres de pájaros en algunos tubos.
 
Cáscaras de alacranes
 

       Limpiamos los componentes interiores de madera, las teclas y la mecánica del teclado, la caja de vientos y los tubos. La caja del órgano y los fuelles están desempolvados o aspirados.

                 

          

       6. A lo largo del proceso, analizamos y documentamos cada componente del órgano con fotografías, medidas y observaciones, que se registran en la base de datos del IOHIO.

     

       7. Remontamos el instrumento y colocamos piezas sueltas de la caja siempre que sea posible, ya que de lo contrario podrían desaparecer. Los tubos muy pequeños o dañados u otros componentes extraviados se almacenan en cajas etiquetadas en el interior del órgano o en otro lugar cercano para su custodia.

                              


        8. A veces encontramos manuscritos musicales o instrumentos antiguos de banda y llamamos a especialistas para analizar y catalogarlos.


                                 

       9. Hablamos con la gente local que se ha acercado al coro sobre el órgano y cómo funciona, y les hacemos preguntas sobre su pueblo. A su vez, quieren saber si el órgano puede repararse, cuánto costará y cómo podría financiarse. El momento más grato del día es cuando "presentamos" el órgano a la comunidad en un estado mejorado y más digno. A veces, la transformación es notable, dejando a la gente asombrada por su belleza y el inesperado encuentro con el mundo de sus antepasados que comisionaron la construcción del órgano hace muchos años. Esperamos que sea la mejor garantía de que el órgano estará seguro y debidamente respetado.

Órganos antes y después de su conservación

          

Nuestra Señora del Patrocinio (Ciudad de Oaxaca)

     

San Miguel Ahuehuetitlan

     

San Mateo Capulalpam

     

Santa María Ejutla

PROTECCIÓN DE LOS ÓRGANOS

       El último paso en el proceso de conservación es dejar una cédula y una ficha técnica en cada órgano. La cédula muestra los logotipos de SECULTA / INAH (la Secretaría de Cultura y las Artes y el Instituto de Antropología e Historia, ambas instituciones federales) y la Diócesis correspondiente, representando su autoridad como custodios del patrimonio nacional. Dice: "El órgano histórico de (el nombre de la comunidad) es parte delpatrimonio nacional y está protegido por la Ley Federal de Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas y Monumentos. Cuídalo porque es parte de la historia de tu comunidad".

San Miguel Chicahua

La ficha técnia lleva el logotipo del IOHIO e incluye la fecha específica o aproximada de la construcción del órgano, el nombre del constructor si se conoce, características especiales del órgano, una lista de órganos similares y recomendaciones de lo que la comunidad debe y no debe hacer. para protegerlo y conservarlo:

SI - restringir el acceso al coro y mantener el área limpia.
SI - instalar mallas en las ventanas y puertas de la iglesia para mantener alejadas a las aves y otros animales.
SI - cubrir el órgano durante proyectos de construcción o remodelación en la iglesia.
NO - limpiar el órgano, excepto para desempolvarlo.
NO - quitar piezas del órgano.
NO - almacenar objetos no relacionados con el órgano en su interior o sobre los fuelles.

Nuestro objetivo principal es informar a la comunidad que el órgano tiene sus propios derechos y que no pueden "arreglarlo", limpiarlo o pintarlo, venderlo, desmembrarlo por sus partes o destruirlo. Se dejan copias de los documentos en la oficina municipal o parroquial como referencia.

Medidas de protección específicas

       En casos especiales, construimos tapas para el teclado para los órganos que las han perdido y como consecuencia han perdido algunas o todas sus teclas. Estas tapas están pintadas para aproximarse al color original de la caja.

          

Sta. María Tlacolula antes de la restauración en 2014

     

San Juan Bautista Teposcolula

       Instalamos vallas de protección con cuerdas para delimitar el área alrededor de algunos órganos policromados. La intención es protegerlos de los niños curioseando en sus clases de catecismo o de los músicos o trabajadores en el coro que podrían estar tentados a tocar o rascar la pintura de la caja o empujar y jalar los tiradores.

                                      

Estos órganos han sido preservados de manera inesperada

                                

El órgano de mesa en San Pedro Cholula fue descubierto en el piso de la iglesia; había sido utilizado para almacena papeles en el interior de la caja en donde anteriormente estaban los tubos. Su mesa fue descubierta en el coro. Uno de los fuelles había sido utilizado para una reparación del techo.

                                               

 
El órgano en San Juan Teitipac fue convertido en un confesionario en la década 1950.
       La caja superior del órgano en Santiago Ihuitlan Plumas ha sido utilizada como retablo.  

                                       

El órgano de mesa en San Juan Bautista Coixtlahuaca fue utilizado como mueble en la recamara del sacerdote en los años 1950. Se instaló un entrepaño en la caja y un cajón en donde estaba el teclado.

MANTENIMIENTO DE LOS ÓRGANOS RESTAURADOS

       El mantenimiento continuo incluye la limpieza del coro, de la caja y del teclado; desafortunadamente también incluye la eliminación del excremento de los pichones u otros animales. Cuando es necesario, contratamos a un restaurador para limpiar y fumigar la caja o a un organero para hacer ajustes técnicos y para afinar y armonizar los tubos. Las autoridades nos alertan si hay algún trabajo pendiente en la iglesia que podría afectar el órgano. Lo más importante para mantener estos instrumentos mecánicos en buen estado de funcionamiento es tocarlos regularmente.

 
   
  Tlacochahuaya: afinando y armonizando los tubos  
Tlacochahuaya: actualizando las etiquetas
 
     
 
Zautla: limpiando el órgano
 
Zautla: ajustando los fuelles
 

 

RETOS RECIENTES

       El órgano de mesa en Santiago Tlazoyaltepec, construido en 1724 por Marcial Ruiz Maldonado, sufrió graves daños en enero de 2013. Una lámpara reflectora había quedado boca abajo sobre una pila de documentos antiguos almacenados dentro de la caja y se encendió accidentalmente. La lámpara se sobrecalentó, quemó los papeles y consumió el secreto del órgano. El humo que salía de la iglesia alertó a la gente del pueblo que por suerte, estaba en una reunión al lado. Localizaron el origen del incendio por el denso humo, corrieron hacia el coro arriba y extinguieron el fuego con sus refrescos. Si no fuera por esta reunión dominical con las autoridades reunidas justo al lado de la iglesia, es probable que el órgano y tal vez toda la iglesia con su techo de madera haya sido destruido. Afortunadamente, el secreto había sido cuidadosamente documentado y fotografiado y de ser necesario, podría ser reconstruido. La etiqueta con el nombre del organero y la fecha de construcción, así como una segunda etiqueta que indica una reparación en el siglo XIX, se salvaron.

       En diciembre del 2018, la caja de vientos (“secreto”) del siglo XVIII del órgano en la Basílica de la Soledad fue devuelto a Oaxaca, un proceso iniciado por el IOHIO y llevado a cabo por las oficinas del INAH en Oaxaca y Puebla. Había quedado almacenado en la casa del organero en Puebla desde que se terminó la restauración en el año 2000 , porque en ese momento resultó más conveniente construir un secreto nuevo en lugar de restaurar el antiguo. Esta gran pieza (2.30 m. de lado a lado) es el cerebro del órgano y es de importancia crítica. Posiblemente habría quedado en el olvido en Puebla si el IOHIO no hubiera alertado al INAH que ordenó su regreso a la Basílica.

 
 
 
 
La caja de vientos antigua actualmente almacenada en la Basílica de la Soledad.
 

El cuarto fuelle del órgano almacenado

        debajo del secreto.

 

Los tres fuelles actuales del órgano de la Soledad.